
La Sábana Santa. Ciencia Vs Fe.
Se han escrito miles de páginas sobre la reliquia más famosa de la cristiandad —si exceptuamos el Santo Grial, que actualmente se encuentra en la catedral de Valencia, aunque esto dará para otro artículo— y la bibliografía y referencias es abundantísima. Se ha tratado el tema desde el punto de vista de la Fe cristiana y desde el escepticismo más acérrimo. Todos estos foros de opinión y desencuentro tienen algo en común: la fascinación que ejerce el supuesto sudario que envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret.
Desde el principio de este artículo quiero dejar claro que soy creyente y que mi fe no se cimenta en un objeto, ni en este ni en ningún otro. He llegado a un punto de mi vida en el que no necesito convencer a nadie, en el que respeto todas las posturas, incluso puedo comprenderlas, sin que sea necesario compartirlas. Como ingeniero industrial de formación compongo mis opiniones técnicas a partir de hechos fundamentados, datos empíricos y elementos tangibles que no se prestan a la interpretación. La Sábana Santa de Turín es lo más alejado de esta premisa de concreción experimental que podamos imaginar.
Según diversos estudios la imagen de la sábana muestra a un hombre de un metro ochenta que presenta lesiones compatibles con el relato de la Pasión de los evangelios (crucifixión con clavos de veinte centímetros de longitud atravesando muñecas y pies, tortura extrema de flagelación con un látigo con puntas de hierro, heridas profundas y terribles en el cráneo que podría haber causado una corona de espinas, una lanzada en el costado, el hombro hundido por el peso de llevar la cruz…). Los párpados muestran dos monedas colocadas sobre ellos con la efigie del emperador romano del siglo I. Hay restos de sangre humana y las fibras del lino (el tejido de la sábana) contienen semillas de plantas propias de la zona de Palestina.
Es decir, las evidencias científicas acompañan, sin contradecir, el relato cristiano.
Ahora bien, en 1988 tres laboratorios independientes dataron, con la técnica del carbono 14, la sábana entre los siglos XIII o XIV de nuestra era. Se desató la polémica. ¿Era posible que la imagen de la sábana fuera una falsificación medieval?
Postulemos que lo fuera.
¿Invalida eso las evidencias que anteriormente he relatado? No.
Esto es, si fuera medieval, seria igualmente un tejido que muestra la impresión radiológica (eso lo comentaré en un momento) sobre un tejido de lino de un ser humano crucificado y torturado.
¿Qué quiero decir con impresión radiológica? Sencillamente que también se ha evidenciado que la imagen no es una pintura si no una radiografía de cuerpo entero del cadáver de un crucificado.
¿Cómo es esto posible?
Según algunos (obviamente creyentes) se trataría de una impresión física de la energía que emanó del cuerpo de Jesús al resucitar.
Yo mismo he calculado cuánta energía se necesitaría para que esta impresión radiológica sucediera. Aproximadamente 5,67 MWh, para cuantificar de manera gráfica, equivaldría al consumo anual de una vivienda familiar de tamaño medio con un uso moderado de electricidad o recorrer 30.000 Km con un coche eléctrico. Muchos Watios hora, en cualquier caso.
Pero continuemos. La idea es que una sábana de lino, ya sea del siglo I o del siglo XIII, evidencia una impresión que requiere muchísima energía que, además, provino de dentro hacia fuera, es decir, desde el cuerpo hacia el exterior. Un misterio más.
Sobre el análisis del carbono 14 hay pocas dudas, pero algunos estudiosos no ponen en cuestión el resultado si no el objeto al que se le practicó. Para comentar esto, expliquemos brevemente cómo funciona este análisis.
El análisis del carbono 14, también llamado datación por radiocarbono, es una técnica que se utiliza para saber cuántos años tiene un material orgánico, como restos de plantas, animales o tejidos antiguos. Se basa en que todos los seres vivos absorben carbono 14 mientras están vivos, ya que este isótopo está presente en el dióxido de carbono del aire y entra en su organismo a través de la alimentación o la fotosíntesis. Cuando el ser vivo muere, deja de incorporar carbono 14 y a partir de ese momento, la cantidad de carbono 14 en sus restos empieza a disminuir poco a poco, porque este isótopo es inestable y se va desintegrando de manera predecible con el tiempo. El análisis científico mide cuánto carbono 14 queda en una muestra y, como se sabe la velocidad a la que desaparece (su vida media es de unos 5.730 años) se pueden calcular cuánto tiempo ha pasado desde que el ser vivo murió. Esta técnica es útil para datar restos de hasta unos 50.000 años de antigüedad.
Una vez comprendida esta prueba, hay un argumento que cuestiona la validez del análisis cuestionando (valga la redundancia) la cantidad de carbono que contendría la sábana (recordemos, compuesta por lino que es un elemento orgánico). ¿Por qué lo cuestionan? Porque la sábana ha sufrido varios incendios, pero el incendio que nos interesa es el que se enmarca en el año 1532 en Chambery (Francia), donde la Sábana estaba custodiada antes de su traslado a Turín. La tela sufrió quemaduras que dejaron marcas triangulares, aún visibles, causadas por gotas de plata fundida del relicario.
¿Cómo podría haber alterado este incendio el carbono-14?
Opción 1: Contaminación con carbono nuevo.
Humo y hollín: Durante el incendio, la Sábana estuvo expuesta a humo de materiales quemados (madera, telas, etc.). Si estos materiales hubieran sido medievales, su carbono podría mezclarse con el original, reduciendo la antigüedad aparente.
Opción 2: Degradación térmica.
El calor pudo alterar químicamente las fibras de lino, favoreciendo la pérdida de carbono original o la absorción de CO₂ ambiental durante siglos, lo que distorsionaría la medición.
Así mismo, un estudio publicado en la revista Heritage, por un grupo de investigadores italianos, afirma que se empleó una técnica de ondas electromagnéticas de gran ángulo para medir el envejecimiento de la celulosa del lino, comparándolo con tejidos del siglo I d.C. encontrados en Tierra Santa y argumenta coincidencia total, lo cual confirmaría que data del siglo primero de nuestra era.
En definitiva, y para finalizar, independientemente de los estudios y sus resultados contradictorios, la Sábana Santa de Turín es un objeto fascinante que estimula nuestra imaginación —tanto de creyentes como de no creyentes— y ha sido, es y seguirá siendo objeto de una grandísima controversia.
No hay moraleja ni conclusión evidente y lo que es seguro que la opinión de cada cual depende de su contexto personal y no deja de ser eso, una opinión individual.
Lo importante, creo, es debatir sosegadamente, opinar, informarse y, sobre todo, disfrutar con uno de los misterios más fascinantes de nuestra historia.
Referencias:
LA SABANA SANTA (informe de Jorge Loring)
Investigación STURP (1978-1981)
El Misterio de la Sábana Santa" de Celestino Cano Tello
La Sábana Santa: una fotografía medieval
(c) A. C. Caballero 2025

