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Viajes en el tiempo: determinismo Novikoviano o multiversos.

El tema de los viajes en el tiempo me ha fascinado siempre. Desde niño he disfrutado en grande con películas o libros en los que hubiera viajes temporales. Desataban mi imaginación y alimentaban mis fantasías. Algunas de las historias no sólo no resolvían la pregunta ¿Cómo demonios puede viajarse en el tiempo? si no que añadían nuevas dudas o paradojas, a la ya atormentada mente del sorprendido lector o espectador, como por ejemplo la película “Un lugar en el tiempo” – protagonizada por el malogrado Christopher Reeves - en el que una anciana entrega en el presente un reloj a un joven (Reeves) que consigue viajar en el tiempo (llevando el reloj, claro) conocer a la anciana cuando era joven, enamorarse de ella y regalarle el mismo reloj. La paradoja nos hace preguntarnos ¿De dónde sale el reloj? ¿Cuándo se fabrica o cuándo se compra? ¿Es un reloj intemporal que desafía las leyes del tiempo? ¿Un reloj que se creó en un universo paralelo? ¿Cómo llegó desde ese universo al nuestro?

Son muchas las preguntas que un supuesto viaje en el tiempo puede hacer que nos planteemos. A lo largo de la historia hay numerosas e interesantes teorías para tratar de responder a la pregunta ¿Es posible viajar en el tiempo?

La Física, en concreto la teoría de la relatividad de Einstein, nos dice que es imposible viajar al pasado pero sí se podría – en teoría – viajar al futuro. El mecanismo de viaje al futuro es relativamente sencillo, “solamente” es necesario que el viajero se mueva en un vehículo a una velocidad cercana a la de la luz. Para visualizarlo, imaginemos dos gemelos, uno de ellos es el viajero, se sube a una nave espacial y se larga a dar un paseíto a la velocidad de la luz (o muy cercana), mientras que el otro se queda en la Tierra, con sus cosillas. El que se queda siente el paso del tiempo habitual, los días, semanas, meses y años como todos nosotros. El que va en la nave, sin embargo, al viajar a la velocidad de la luz experimenta un paso del tiempo que para él es normal (es decir, él siente pasar el tiempo con normalidad, sin notar nada excepcional) pero para su hermano terrestre no lo es. Mientras que en la nave pasa un minuto, en la Tierra pasan días o semanas. Finalmente, cuando el gemelo viajero lleva viajando un año (según el tiempo que él ha medido en la nave) vuelve a la Tierra y ¡Oh sorpresa! su hermano gemelo es un anciano, mientras que él ha envejecido solamente un año. Es decir, el gemelo viajero “ha viajado” al futuro. Es un método tosco y poco sutil de viajar en el tiempo, pero es una teoría física formulada formalmente, al fin y al cabo.

¿Y qué pasa con el viaje al pasado? ¿Se puede retroceder en el tiempo?

En teoría es imposible.

No obstante, la literatura y el cine han jugado mucho con esta posibilidad – como en la paradoja del reloj, comentada antes – y eso, al menos a mí, nos ha hecho especular y divertirnos de lo lindo.

Hay multitud de posiciones a este respecto, pero me quedaré con cuatro teorías:


  1. Si viajas al pasado y cambias algo, el futuro (el que tú, viajero, conoces) cambiará inmediatamente. Como ejemplo de esta teoría tenemos la maravillosa película “Regreso al futuro” donde Marty McFly está a punto de cargarse su propia existencia cuando viaja al pasado y su madre se enamora de él.

  2. Es imposible viajar al pasado. Esto es lo que dice la ciencia y pone como ejemplo la paradoja del abuelo. Si una persona viajara al pasado y asesinara a su propio abuelo (hay que ser malvado, aporto yo, de paso) se crearía una paradoja “¿Cómo es posible que puedas matar a tu abuelo, si la muerte de tu abuelo impediría tu existencia y por lo tanto ese viaje al pasado en el que la lías parda?”.

  3. Si viajas al pasado y cambias algo, es porque tenía que ser cambiado, de manera que el futuro es el que tú ya conoces aunque sea consecuencia de tu viaje. Es lo que se llama “el principio de consistencia de Nóvikov” que en los años ochenta vino a decir que si en un hipotético viaje al pasado un acontecimiento pudiera cambiar algo del futuro o crear una paradoja (como la del nieto asesino) entonces la probabilidad de ese acontecimiento es cero, es decir, no podría suceder. O sea, que Marty, tranquilo, que hagas lo que hagas tu madre se va a enamorar de tu padre y vas a nacer.

  4. Si se viaja al pasado y se cambia algo de forma que afecte al futuro, se crea un universo paralelo en el que ese futuro sea posible. Es decir, el viajero en el tiempo es creador de universos futuros. De manera que pueden coexistir en Universos paralelos un futuro donde el nieto asesino esté vivo y otro en el que no exista (como consecuencia de que asesinó a su propio abuelo). Entender esta idea roza la locura, pero la ciencia ficción ha dado buena cuenta de ella (por ejemplo en la película “El Único” protagonizada por Jet Li, donde alguien se dedica asesinar a los múltiples “yoes” de Li existentes en múltiples universos paralelos.


No sabría con cual quedarme, porque hay historias bien hiladas y bien razonadas que utilizan unas u otras hipótesis, cuadrando bien el resultado. Lo bueno de la ciencia ficción es que todo vale – siempre que esté bien argumentado – y bien escrito, cualquier cosa puede suceder. Hay quien prefiere una estricto realismo – aunque se esté contando una historia en la que un tipo viaja una y otra vez al pasado para tratar de impedir la muerte de su novia (película “La máquina del tiempo” de 2002) - o quien es más laxo con la historia y no le importa que un reloj surja de la nada y pase de mano en mano en un círculo imposible a través del tiempo.

Lo importante, a mi modo de ver, es que la historia atrape, divierta, sea verosímil y estimule la imaginación, dejando incluso al espectador o lector con preguntas que tenga que contestar él mismo.


A.C. Caballero



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